
Jesús da la vida: "Un proyecto de salvación"
MOMENTO INTERPRETATIVO
En esta primera parte desarrolla los siguientes puntos:
1. Observa el video.
2. Escribe la parte que te llama la atención.
3. ¿Qué ideas se expresan en el video?
4. ¿Qué relación tiene el video con el tema de la guía?
MOMENTO ARGUMENTATIVO

En esta segunda parte de la guía, profundiza en los siguientes aspectos, respondiendo en tu cuaderno.
1. ¿Según el texto, qué significa que la acción de Jesús es un acto de amor?
2. ¿Qué significa que Jesús muere a causa de los pecados de la humanidad?
3. ¿Qué significa para usted qué Jesús haya dado la vida por ti?
4. ¿Recordando el video y el argumento anterior, darías la vida, de qué manera, por quién?
JESÚS DA LA VIDA
«Porque él quiso»: El acto supremo de amor
Jesús obedece al Padre, está de acuerdo en ser entregado mostrándonos así que nos ama con el mismo amor del Padre. Ciertamente esta actitud de servicio y de entrega que nace del amor se manifiesta en todos los momentos de la vida de Jesús. Pero él sabía que el amor exige dar la vida: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos» (Jn 15,13). Y por eso quiere llegar hasta el final: «Después de haber amado a los suyos en el mundo, los amó hasta el extremo» (Jn 13,1). Los últimos acontecimientos de la vida de Jesús son expresión de este amor hasta el extremo; es en ellos donde se revela plenamente la belleza y la gloria del amor de Cristo al mundo.
Los evangelistas nos introducen en estos últimos acontecimientos a través de dos escenas muy expresivas. La primera es el lavatorio de los pies, gesto en el que, como ya vimos, Jesús nos indica cuál ha sido la orientación fundamental de su vida: él ha venido para lavar los pies sucios de la humanidad. Ha aceptado el oficio de esclavo para hacernos dignos de sentarnos a la mesa de los hijos. Nos ha revelado que amar es morir a sí mismos y servir.
La otra escena es la unción en Betania (cf. Jn 12,1-11). María derrocha un gran capital derramando un perfume costoso sobre la cabeza de Jesús. Los calculadores protestan. Pero Jesús acepta totalmente el regalo porque es la respuesta de quien ha comprendido que amor con amor se paga. Todo es poco para agradecer a quien lo ha dado todo. El amor servicial de Jesús y el reconocimiento emocionado de la hermana de Lázaro nos dan las claves para entender el relato de la pasión y muerte de Jesús, que, en último término, es una oferta suprema de amor que está pidiendo una respuesta.
«Por nuestros pecados»: A causa de ellos y para perdonarlos
Pero, como ya hemos apuntado, la muerte de Jesús tiene un significado más profundo. No se trata solamente de la muerte injusta de un inocente. Porque Jesús no es un hombre más. Los evangelistas nos cuentan una serie de hechos extraordinarios que se produjeron al morir Jesús: el velo del templo se rasgó, la tierra se oscureció y tembló, se abrieron muchos sepulcros. Había muerto algo más que un hombre.
Impresiona la enorme confabulación que lleva a esta muerte: todos contra Jesús. Los discípulos lo traicionan o lo abandonan. Las autoridades religiosas se empeñan en hacerle desaparecer utilizando todos los medios. El poder romano, tan orgulloso de su justicia, perpetra la gran injusticia. El pueblo, al que tanto amó y favoreció Jesús, grita con locura ciega: «Crucifícale.» Hasta los transeúntes se burlan de él porque es incapaz de salvarse a sí mismo. Toda la humanidad (cristianos, judíos y paganos) está implicada en la muerte de Jesús. El mundo ha querido expulsarle, echarle fuera. Y es que en la cruz se revela hasta dónde puede llegar el pecado del mundo: hasta querer eliminar a Dios.
Pero también en la cruz se revela la respuesta de Dios al pecado del mundo. Jesús muere diciendo: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34). La misma cruz, que revela el poder del pecado, se ha convertido en fuente de donde brotan las palabras de perdón. La lógica de Dios no es la lógica del mundo: cuando mayor ha sido el pecado del mundo, con más claridad nos ha manifestado Dios su disponibilidad para el perdón. Bastan una mirada de fe al crucificado y una breve súplica para que Jesús abra al ladrón arrepentido las puertas del paraíso (cf. Lc 23,29-43). Pablo comenta el significado profundo de esta contradicción: «Dios encerró a todos los hombres en la rebeldía para usar con todos ellos de misericordia» (Rom 11,32). Todos le matamos y por eso «él murió por todos para que los que viven no vivan para sí, sino para quien por ellos murió y resucitó» (2 Cor 5,15). «Él expía nuestros pecados, y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo» (1 Jn 2,2).
Por eso la cruz comenzó inmediatamente a producir sus frutos. El centurión que mandaba el piquete de ejecución, al ver cómo había expirado Jesús, exclamó: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios» (Mc 15,39). La muchedumbre que había acudido al espectáculo, «al ver lo que pasaba, se volvieron golpeándose el pecho» (Lc 23,48). El fruto de la cruz es el arrepentimiento, que nace de una mirada de fe y amor a Cristo, y la nueva vida que brota del costado abierto del Salvador.
Miguel Payá Andrés.
MOMENTO PROPOSITIVO
En esta última parte de la guía, observa la imagen y construye tu propia imagen que identifique: "encontrar sentido a la vida dando la vida"

WEBGRAFÍA:
Salas, L. (28. mar. 2016). Dar la vida por los demás. (Archivo de video). https://www.youtube.com/watch?v=UJ_RapJIOo4
https://www.youtube.com/watch?v=xJKXbBV8HCQ
https://es.slideshare.net/parroquiajesuseucaristia/un-manantial-capaz-de-dar-la-vida-eterna